OPINIÓN: ANTE LA CUMBRE DEL CLIMA DE KATOWICE

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Lidia Poch Páez

Bióloga, miembro de “Muévete por el Clima” y de “Asamblea Ciudadana contra el Gas”

Cuando en 2015 se estaba organizando la Cumbre del Clima de París-COP21 vimos oportuno y necesario extender la lucha contra el CAMBIO CLIMÁTICO para hacer llegar allí la voz de la ciudadanía canaria. En ese momento nació MUÉVETE POR EL CLIMA y continúa su labor dadas las dificultades de avanzar en las soluciones a nivel mundial, lo que se hace completamente imprescindible; aun así, no tenemos esperanzas en que la cumbre de Katowice llegue a buen puerto.

Pero sí nos hace mantener la esperanza el que muchos jóvenes entiendan la necesidad de cambiar estilos de vida y lo demuestran a su barrio año tras año queriendo haciendo oír sus preocupaciones y compromisos en las cumbres del clima.

Somos conscientes de la relación entre la crisis ambiental que sufrimos, que podría desembocar en uno de los mayores cataclismos acontecidos en GEA, y nuestras actividades y estilo de vida, de tal forma que la intensa y enorme dependencia exterior que tenemos en nuestras islas de recursos materiales y energía… así como nuestra principal industria y actividad económica, el turismo, nos lleva a tener una Huella Ecológica de unas diez tierras. Si toda la población mundial tuviera nuestro estilo de vida, necesitaríamos diez veces la superficie, los recursos y energía fósil para desarrollarnos a este ritmo de despilfarro, que además es de unos pocos… Por tanto, el AHORRO en energía y recursos es una exigencia a la que toda la ciudadanía puede y ha de contribuir para luchar contra los impactos derivados del Calentamiento Global.

El territorio canario es limitado, frágil y vulnerable, con cerca de un 40% de espacio protegido, no obstante en peligro con la ley del suelo. Como todos sabemos, tiene unas condiciones climáticas excepcionales que permiten que seamos el “golfo pérsico” de las renovables; sin embargo, no ha cambiado de modelo ni la isla del meridiano que quiso ser ejemplo de autosuficiencia. Es preciso apostar por optimizar el sistema de uso de energía, agua y movilidad, imbricándolo con la gestión de residuos y situar en primera línea un nuevo modelo energético donde la generación distribuida permita una participación ciudadana en el uso de las fuentes naturales disponibles de energía.

El gobierno español y también el Canario se han retrasado en la tarea de poner medidas en la resolución de este enorme problema y ya es imprescindible avanzar la ley de cambio climático y transición energética y tener presente que la tímida apuesta hasta el momento por las energías limpias ha dificultado el desarrollo de autoconsumo fotovoltaico. No hemos avanzado ni con las instituciones que debían servir de modelo inundando las azoteas de los edificios públicos de esta tecnología, que siendo cada vez más asequible, sólo ha empezado a implantarse alguna ventaja como apoyo financiero, y queda por desarrollar un sistema de balance neto que democratizaría la energía, ya que el sol y el viento no pueden ser patrimonio exclusivo de las compañías eléctricas.

Una de las actividades necesarias para afrontar el reto de cambiar hábitos a fin de mitigar la crisis ambiental, y con las que más me identifico, es la educación ambiental. La información, el conocimiento y el aprendizaje, escolar y también no reglado, que llegue a toda la sociedad, forman una parte fundamental en el esqueleto de la participación ciudadana y garantizarían nuestro progreso equilibrado y solidario, para que todas las personas tengan oportunidades de desarrollar lo mejor de sí mismo y podamos, por tanto, cambiar el guion y elegir.

Por otro lado, como no puedo dejar de tener esperanza como profesora. Insisto en que como la ciencia ni confirma ni desmiente, soy de las personas que cree que no seamos los únicos seres vivos en el universo, ni los únicos con las capacidades que definen a los humanos, pero sí que nuestra existencia se justificará por la calidad de nuestros actos sin olvidar que somos individuos que pertenecemos a algo más grande que nosotros mismos, somos seres sociales y somos parte de otros tejidos, de otros sistemas, que forman un todo en GAIA, la única Tierra que nos protege, que no es nuestra, que la tenemos en préstamo y por ello la tenemos que legar a las generaciones futuras.

Quiero finalizar recordando la frase de Sir David Attenborough, portavoz de la ciudadanía en la apertura de la cumbre de Polonia: “Las personan han hablado. Su mensaje es claro. El tiempo se agota. Todos deseamos que ustedes, los que toman las decisiones, actúen ya”.