Ben Magec rechaza seguir apostando por el asfalto e hipotecar el paisaje para llevar a cabo la tangencial de Telde

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La Federación Ben Magec–Ecologistas en Acción muestra su malestar ante las recientes declaraciones de Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria, y Sebastián Franquis, consejero de obras públicas del Gobierno de Canarias, en las que anunciaron entre otras obras, la próxima licitación de la redacción del proyecto para la construcción de la GC-5, conocida como tangencial de Telde, una variante que conectará Telde con la GC-3 para “descargar” la GC-1; desechando una vez más otro tipo de alternativas más sostenibles, útiles y económicas.

El Cabildo de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias entran nuevamente en clara contradicción con sus sendos planteamientos teóricos de “Eco-isla” y de “Emergencia Climática” cuando promueven una nueva autopista de seis carriles que va a tener un impacto muy negativo no solo en emisiones de carbono sino también sobre el territorio, el patrimonio natural y cultural, las actividades económicas de base agraria y la calidad de vida de las vecinas y vecinos directamente afectados por la imposición de dicha infraestructura en su entorno vital.

Ambas instituciones demuestran así que siguen apostando por un modelo de movilidad continuista alejado de criterios de sostenibilidad, modelo que prioriza el uso del vehículo privado, individualista y excluyente, frente a la adopción de alternativas más adaptadas a las condiciones insulares y a las demandas que claman los Movimientos por El Clima en todo el mundo, y que estando inmersos como estamos en la crisis socio-sanitaria y económica más importante de los últimos tiempos, la COVID-19, viene a descubrir que los gobernantes de ambas instituciones no tienen nuevas propuestas para esta isla, siguen apostando por las soluciones que se han venido mostrando como inútiles en los últimos cuarenta años: hormigón y asfalto a raudales.

La portavoz de la federación, Noelia Sánchez, se pregunta “cómo es posible que los representantes públicos de ambas instituciones se llenen la boca de bonitas palabras llenas de sostenibilidad y una vez más vuelvan a desechar las verdaderas medidas de adaptación a la emergencia climática como la que supondría el carril Bus/VAO, acompañadas de otras medidas que mejoren la frecuencia y eficiencia de las guaguas, la accesibilidad local y que pacifiquen el tráfico en la GC-1, para proponer más de lo mismo: más destrucción del territorio, más despilfarro, más emisiones y más apoyo a los lobbys de la construcción y la automoción. Con estas acciones nos enfrentamos a un estado de hipocresía de las autoridades públicas que raya lo grotesco”, subraya la portavoz.

La federación ecologista denuncia cómo desde las autoridades políticas nos terminan acostumbrando de forma irresponsable al doble lenguaje. Ya en 1999 cuando se presentó el Plan Director de infraestructuras de Canarias, el Parlamento canario aprobó una moción que decía: “…Pocas veces se justifican, en un territorio frágil y pequeño como el insular, grandes y costosas obras, que suelen tener un impacto desastroso sobre el medio. Muchas veces, en opinión del Parlamento, se pueden lograr los mismos objetivos con una mayor eficiencia operativa de las alternativas preexistentes”.

Desde Ben Magec se teme que la Declaración de Emergencia Climática del Gobierno de Canarias producida hace unos meses se convierta en otro papel mojado más para la colección, de la misma manera que la idea de “Eco-isla” que pregona el Cabildo de Gran Canaria desde hace cinco años y que está suponiendo en la práctica un mero eslogan propagandístico, ya que no se ven acciones significativas en esta línea. Según estos mismos políticos, y según se recoge en el Boletín del Parlamento de Canarias de fecha 18.10.2019 “…El Gobierno de Canarias ha querido sumarse a este ejercicio de responsabilidad política y cívica elaborando su propia declaración de emergencia climática. Esta declaración está dirigida a reconocer, en primera instancia, la gravedad de la amenaza climática en Canarias y facilitar la apertura de urgentes escenarios sociales, industriales, científicos y políticos para que, con el mayor consenso social y político posible, podamos hacer frente a los impactos y causas del cambio climático. El Gobierno de Canarias quiere trasladar a la sociedad un mensaje claro y sencillo: de nosotros depende transformar esta amenaza en una oportunidad…”. Palabrerío.

La llamada tangencial de Telde viene generando desde hace años un rechazo profundo de los vecinos y vecinas de los barrios afectados y de habitantes de toda la isla. Según Noelia Sánchez “Se trata de un nuevo despilfarro de dinero público que podría ahorrarse si se invierte en favorecer a la guagua y que debería destinarse a necesidades sociales reales de la comunidad canaria, tales como sanidad, educación y servicios sociales, así como a la promoción de una economía realmente productiva y de futuro. El movimiento ecologista canario se refirma en que esta infraestructura viaria no es de interés público, no es necesaria y nadie la ha pedido, más allá de los lobbys del cemento”, afirma la portavoz.