CUMBRE MUNDIAL SOBRE BIODIVERSIDAD BIOLÓGICA: ¿ÚLTIMA OPORTUNIDAD PARA DETENER EL COLAPSO DE LOS ECOSISTEMAS?

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- Del 7 al 19 de diciembre se celebra en Montreal, Canadá, la decimoquinta COP del Convenio de Diversidad Biológica (CDB), en el que debe aprobarse la Estrategia Mundial de Biodiversidad 2030.

- El 24 de octubre el Consejo de Medio Ambiente de la UE aprobó un tibio posicionamiento sobre la COP de Montreal, que incomprensiblemente deja las puertas abiertas a los organismos con impulsores genéticos.

- Los colectivos ecologistas y sociales que siguen el CDB alertan de que, tanto en Europa como a nivel mundial, se están demorando los compromisos realmente vinculantes, lo que puede estar provocando que se superen puntos de no retorno respecto a la integridad de los ecosistemas y conservación de las especies.

- La inacción o las acciones negativas de los gobiernos y los agentes económicos aceleran la pérdida de biodiversidad y ello llevará a mayores crisis económicas, sociales y ambientales, con millones de personas gravemente perjudicadas.

“Es, seguramente, la última oportunidad para detener la pérdida de biodiversidad”. Así ha definido Ecologistas en Acción el trascendente encuentro del CDB del próximo mes de diciembre en Montreal. Se reunirá la Decimoquinta Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés) de la Convención de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, análoga a la de cambio climático y que trata del otro gran reto ambiental de la humanidad, la pérdida de biodiversidad, que, igual o más que la crisis climática, amenaza la calidad de vida de todos lo seres vivos en la Tierra y, en última instancia, la supervivencia humana.

Retrasos e interferencias en la COP

La COP15 debería haberse celebrado en 2020, pero a causa de la COVID–19 se ha aplazado hasta en tres ocasiones. Durante este periodo, se han mantenido diferentes sesiones de trabajo formales e informales en los que las organizaciones sociales han aportado luz y taquígrafos. Durante estos tres años, además, el Panel Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, análogo al IPCC de cambio climático) ha seguido recogiendo la información científica disponible a nivel mundial, para emitir contundentes informes que corroboran las alertas lanzadas por el ecologismo hace ya más de 50 años. Así, la degradación de los ecosistemas, el riesgo de enfermedades zoonóticas (como la propia COVID–19) o la sobreexplotación de los recursos naturales son acciones provocadas por un modelo de producción y consumo cuyo efecto está sobradamente documentado: erosionan las posibilidades de una vida digna para el conjunto de las personas, en todos los países del mundo.

Entre los puntos más importantes que se negocian de cara a la cumbre se encuentra el llamado “Marco Global de Biodiversidad post-2020”, es decir, la Estrategia Mundial de Biodiversidad con la perspectiva de 2030. Este documento debería aprobarse en Montreal, y debería ser un acuerdo vinculante de tanto calado político como lo fue el Acuerdo de París adoptado durante la COP de cambio climático en 2015.

Las organizaciones sociales participantes como observadoras en el proceso de la convención, agrupadas muchas de ellas en la CBD Alliance, han alertado que las negociaciones de ese marco global post 2020 han sido seriamente interferidas por los poderes económicos globales. En algunos casos introduciendo un mayor peso del sector económico en el desarrollo del CDB, y en otros casos a través de su papel de lobby ante los representantes de los gobiernos, que se habría traducido en unos redactados con pocas obligaciones y más recomendaciones dentro del Marco Global.

Otro aspecto extremadamente preocupante para Ecologistas en Acción es que se ha situado en la agenda política mecanismos ultraliberales de mercado para “compensar” los impactos sobre la biodiversidad de un lugar a otro. Es decir, que las corporaciones multinacionales podrían no tener que corregir prácticas industriales que destruyen los ecosistemas, simplemente pagando por acciones de restauración de otros ecosistemas anteriormente degradados.

El posicionamiento de la UE

El pasado 24 de octubre el Consejo de Medio Ambiente Europeo aprobó sus conclusiones, que servirán de mandato general de negociación de la UE para la COP de Montreal. Entre los compromisos acordados se establece “conservar eficazmente al menos el 30% de las tierras del mundo y al menos el 30% de los océanos y restaurar 3.000 millones de hectáreas de ecosistemas terrestres y de agua dulce degradados y 3.000 millones de hectáreas de ecosistemas oceánicos”. Ecologistas en Acción destaca que, aunque estas cifras se sitúan entre los objetivos más ambiciosos dentro de la negociación de las partes, establecer unas metas poniendo el foco en la extensión de áreas protegidas o restauradas en lugar de las medidas para lograr el éxito de estos objetivos conducirá a resultados decepcionantes, como ya ha ocurrido en el pasado.

El Consejo también ha subrayado la importancia crítica de la integración de la biodiversidad en todas las políticas y sectores, comprometiéndose a dar ejemplo integrando plenamente la biodiversidad en los planes y políticas a nivel comunitario, nacional y local. Ecologistas en Acción critica la hipocresía de dicha afirmación, cuando la Unión Europea ha demostrado su incapacidad para establecer esta premisa, al no haber conseguido alinear hasta la fecha los compromisos de la Estrategia Europea de Biodiversidad con los de la Política Agraria Común (PAC). La organización ecologista reclama que la conservación de la biodiversidad sea un eje transversal a todas las política sectorial de manera efectiva, y no como una mera declaración de intenciones.

Como parte del programa de la COP15 de Montreal, tendrá lugar la Décima Reunión de las Partes (COP-MOP 10) en el marco del Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología. El Consejo se ha pronunciado para pedir la adopción del Plan de Aplicación del Protocolo de Cartagena. Durante la COP-MOP 10, se estudiará la conveniencia de elaborar orientaciones para la evaluación de riesgos de los organismos con impulsores genéticos (OIG). Ecologistas en Acción reclama que la UE debería defender una moratoria mundial sobre cualquier liberación de OIG en el medio ambiente, en respuesta a las evidencias de que estos pueden entrañar riesgos para la salud humana y el medioambiente.

Todos estos aspectos, y decenas de otros elementos en negociación, están siendo analizados por las organizaciones para tratar de lograr un Marco Global realmente coherente con el momento de máxima preocupación mundial por la degradación ambiental, que se multiplica con la emergencia climática. Ecologistas en Acción, que participa en estas alianzas, reclama una mayor ambición, determinación y urgencia a la hora de abordar las causas de esta crisis ecológica, y que la conservación de la biodiversidad, y con ello la supervivencia de la vida en el planeta, sea una garantía efectiva de una vez por todas.