La huida de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) de Santiago de Chile a Madrid

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  • - El presidente de Chile Sebastián Piñera cancela la COP25 de forma unilateral y sin consultar con la sociedad civil. El presidente en funciones del Gobierno de España Pedro Sánchez permite que Piñera se zafe del foco internacional celebrando el encuentro en Madrid. 
  • - En Chile la política extractivista, las zonas de sacrificio y una política hidráulica que devasta regiones completas son ejemplos de lo que es no es permisible. La denuncia de estos hechos debería tener su altavoz en la COP25.

Sebastián Piñera cancela la COP25, de forma unilateral y sin consultar con la sociedad civil. Tras la represión sufrida por la ciudadanía chilena que deja 20 personas muertas y más de dos centenares de heridas, el presidente chileno cancela la COP25 y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en un intento de zafarse de la atención internacional. Muchas organizaciones de la sociedad civil chilena habían manifestado su voluntad de que estos eventos internacionales sirvieran como oportunidad para aumentar la presión sobre el gobierno chileno frente a las vulneraciones de derechos.

Sin embargo el presidente español en funciones Pedro Sánchez ofrece Madrid como sede de la COP25, permitiendo con ello que Piñera desvíe la atención de las demandas de la sociedad civil chilena, claramente relacionadas con una política ambiental y social inviable. La cancelación de la cumbre era un gran inconveniente ya que es la última reunión previa a la entrada en vigor del Acuerdo de París el próximo año en Reino Unido. Sin embargo, las últimas noticias de las negociaciones permiten intuir que nos acercamos a una cumbre más cosmética que real, la falta de acuerdo sobre los mercados de emisiones, el incremento de la ambición o el Fondo Verde del Clima siguen siendo el problema que dificultará la entrada en vigor del Acuerdo de París en 2020 y la capacidad del mismo para frenar la emergencia climática ante la que nos encontramos.

Los equilibrios regionales son de vital importancia en este tipo de negociaciones, ya que son la única forma de incluir la voz de las personas más vulnerables. Chile y toda la región son un claro ejemplo de como las políticas neoliberales vulneran sistemáticamente derechos humanos y ambientales. En Chile la política extractivista, las zonas de sacrificio y una política hidráulica devastadora con regiones completas son ejemplos de lo que no es permisible. La denuncia de estos hechos debería tener su altavoz en la COP25.

En palabras de la plataforma Sociedad Civil por la Acción Climática, “estamos convencidos y convencidas, y seguiremos trabajando para hacer ver al gobierno de que la crisis social también es también una crisis ecológica. Chile lleva demasiados años ‘creciendo’ a costa de las personas más vulnerables y del medio ambiente, obligando a comunidades enteras a cargar con el peso del mal llamado desarrollo. Las zonas de sacrificio, las comunidades que no tienen agua para consumo humano ni la producción de sus terrenos, salmoneras que afectan el desarrollo de la pesca artesanal y contaminan los océanos, amenazas y asesinatos a defensores ambientales, son solo algunos de los casos que profundizan esta crisis”.

Ecologistas en Acción quiere mostrar su solidaridad con la sociedad chilena y con las organizaciones que llevan meses organizando encuentros alternativos para poner en el centro la justicia climática y la voz de Latinoamérica. La organización ecologista también apoya la continuidad de la Cumbre de los Pueblos y la Cumbre Social por la Acción Climática en Chile, a la vez que muestra el firme compromiso de la organización porque Madrid sea también el altavoz de todas estas luchas.

Organizar una cumbre de estas características en apenas un mes es sin duda un reto, pero también un riesgo. Un encuentro internacional requiere de la participación de todos los países y en especial de aquellos más vulnerables que necesitan de un apoyo económico y logístico para desplazarse a una COP. Asimismo, este marco involucra a una serie de actores de la sociedad civil cuyas acciones paralelas son el único mecanismo de control capaz de presionar para que se aumenten los escasos objetivos y se cumplan las indicaciones científicas. La falta de una adecuada representación de todas estas sensibilidades solo facilita la penetración de los intereses fósiles en las cumbres y la rebaja de un acuerdo endeble.

Por todo ello, numerosas organizaciones y colectivos iniciamos un trabajo contrarreloj para generar espacios alternativos a la COP. Apenas queda tiempo para frenar la emergencia climática y necesitamos que se oiga la voz de Chile, de la juventud movilizada por el clima, de las poblaciones indígenas que sufren las causas y la consecuencia del cambio climático, de las mujeres que cumplen un rol fundamental en la lucha climática y de toda la vida en el planeta.