EL ALCARAVÁN ES EMPUJADO A LA EXTINCIÓN EN GRAN CANARIA

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Según informa el colectivo AZAENEGUE NATURALISTAS, los censos repetidos desde 2012 reflejan una realidad alarmante para esta especie en Gran Canaria.

El alcaraván es un ave de hábitos esteparios que cuenta con dos subespecies endémicas en el Archipiélago, una que habita las islas orientales (Burhinus oedicnemus insularum), y la otra, presente en las centro-occidentales (Burhinus oedicnemus distinctus).

La segunda de las subespecies se encuentra clasificada como “Vulnerable” en el Catálogo Español de Especies Amenazadas y como “De Interés Especial” en el Catálogo Canario de Especies Protegidas. Además, figura en otros documentos de carácter internacional como la Directiva de Aves de la Unión Europea, o los Convenio de Bonn y Berna.

La destrucción y degradación del hábitat, la abundante presencia de depredadores exóticos y el aumento de las molestias en las áreas de concentración, alimentación y cría comprometen la existencia de las poblaciones más importantes de la isla.

Los llanos desérticos del sureste grancanario y el valle de La Aldea suponían dos de los refugios de mayor interés. Durante los últimos años la implantación masiva y sin planificación de parques eólicos y plantas fotovoltaicas ha arrasado con muchos de los reductos que disfrutaba la especie en la primera localidad, y el tramo finalizado de la autovía Agaete-La Aldea, el corredor turístico, o las concesiones para la extracción de áridos en el cauce del barranco de La Aldea, han supuesto la fragmentación y degradación de áreas imprescindibles. Y La tendencia de la especie es la misma en la mayoría de poblaciones de la costa norte, medianías y cumbres de la isla, donde solo unas pocas localidades arrojan datos estables.

A todo ello hay que sumar el impacto de tendidos eléctricos, los atropellos en la densa red viaria o los numerosos mamíferos exóticos invasores que afectan a estos espacios y al resto del territorio. Además, existe un considerable aumento de las molestias en áreas sensibles debido a una falta de conciencia generalizada y la inexistencia de regulación, vigilancia y control. Evidentemente, esta realidad afecta al conjunto de aves esteparias y a muchos otros animales y plantas que comparten hábitat con el alcaraván.

Hay que destacar que en los dos ámbitos existen grandes superficies declaradas como Espacios Naturales Protegidos pertenecientes a la Red Canaria y a la Red Natura 2000. Además, en alto porcentaje, Áreas prioritarias de reproducción, alimentación, dispersión y concentración de la avifauna amenazada de Canarias.

Son múltiples los avisos a las administraciones competentes, sin embargo, la pasividad de estas está siendo tan alarmante como el resto de amenazas que pesan sobre la especie.