COMUNICADO: "AMAGRO, NUESTRO PATRIMONIO"

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"...no todos podemos cerrar los ojos día tras día y olvidarnos de mirar a nuestro alrededor."

En La ceguera del cangrejo nuestro malogrado escritor Alexis Ravelo rescata de Los Jameos del Agua a los cangrejos blancos para simbolizar el ambiente socio-político conejero donde se desarrolla su fantástica novela.

Cerrar los ojos a la desidia y al abandono frente a la histórica violencia con que las élites económicas canarias y sus precarios trabajadores han ocupado y desgarrado las costas y parajes de nuestras islas se presenta como la dinámica social con que los mecanismos de degradación galopante se engrasan y aceleran transformaciones irreversibles. Frente a César Manrique, activista y defensor de Lanzarote, los cangrejos blancos de los Jameos se vuelven invisibles a sí mismos y al entorno que les da vida. No es difícil imaginarnos como estos cangrejos, en la más absoluta inopia, dando vueltas, sonámbulos, mientras que otras fuerzas, locales y extranjeras, en sintonía con las administraciones públicas, trajinan más allá del decorado de Canary Islands.

Pero no todos podemos cerrar los ojos ni estamos dispuestos a olvidarnos de mirar alrededor. Cuando lo hacemos, nos percatarnos de la devastación que sufre nuestro entorno. El de nuestras costas, arrasadas desde el desarrollismo de las fatídicas décadas de los 60 y 70; y el que se expande actualmente en cada rincón vendible de las islas por obra y gracia de la insólita y violenta turistificación que engulle riscos, pueblos y espacios naturales.

Desde que la oligarquía cementera y la patronal hotelera se imponen en las política y ordenación del territorio en Canarias, no hemos dejado de ver la barbarie: innumerables atentados ambientales y una urbanización descabellada, así como la proliferación de lo que César Manrique describió como “arquitectura fascista”.

Desde entonces, entender los mecanismos de la tramoya desde donde se orquesta esta degradación incesante, ha sido el reclamo de la ciudadanía que se alonga tras el escenario donde se justifican y ejecutan los proyectos con que se ha condenado y se condena a gran parte de nuestro territorio. Tras entender los intentos de asesinato, nos hemos dejado la piel intentando salvar a la víctima de su desaparición: Salvar El Rincón, Salvar Veneguera, Salvar Chira-Soria, Salvar Agaete, Salvar La Vega, Salvar Tindaya, Salvar La Tejita, Salvar Amagro…

Urbanizar el territorio, especular con la ocupación hotelera y vender el turismo como “salvación”, la santa trinidad que se repite incansablemente en el padrenuestro del fundamentalismo de los que entienden a las islas como un solar, nos ha tenidos ocupados, a los que miramos, a los que buscamos en la mirada de los otros la empatía para no saberse ciegos. Ahora mismo, nos obliga, de forma urgente, a reunirnos con la ciudadanía que no puede escapar de la visión de Amagro en su vida cotidiana, para preguntarnos por el significado de nuestra montaña, para anticipar lo que supondría mantener la ceguera del cangrejo y permitir que este espacio natural protegido siga siendo utilizado, vendido y traficado como un solar, aunque en este caso no edificable sino perforable.

Hay un anglicismo importado al registro coloquial de nuestra lengua que nos permitimos utilizar para entender de qué manera las instituciones locales, insulares y autonómicas están moviendo los hilos de la tramoya donde se escenifica la extorsión del macizo de Amagro: ghosting. Este término describe la práctica de cesar todo contacto con otra persona sin justificación aparente para, posteriormente, ignorar cualquier intento de acercamiento realizada por dicha persona. Se asimila al “dejar en visto” utilizado también para hacer referencia a la práctica de no responder un mensaje en Whatsapp. El Ayuntamiento de Gáldar, el Cabildo Insular de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias pretenden invisibilizar la protección del Macizo de Amagro y negar la relación de custodia con que deben vigilarlo, desactivando así las normas de protección del monumento natural. Con su ghosting, se liberan de la obligación de oponerse a cualquier uso privado o mercantilizado de la montaña, y no digamos, de la tajante oposición que tendrían que mostrar frente a la explotación del Macizo y sus alrededores como polvorines y
minas de áridos.

Si las instituciones no se acercan a la montaña, y, maliciosamente, la obvian en nuestro cuadro paisajístico identitario, Amagro se acerca a las instituciones. Las increpa por medio de una ciudadanía que mira y decide, qué les pregunta, en nombre de todo lo que significa este monumento natural protegido, cuándo dejarán de ignorar su devastación. Y, de nuevo, Ayuntamiento de Gáldar, Cabildo Insular de Gran Canaria y Gobierno de Canarias, las encargadas de vigilar, de hacer valer la ley, dejan el mensaje urgente de “Amagro en peligro” en visto.

Este próximo jueves 14 de marzo a las 19:00 Salvar Amagro convoca una mesa redonda en el Casino de Gáldar titulada “Amagro, nuestro patrimonio”. Su objetivo es hacer partícipe a la ciudadanía de la llamada de auxilio con que nuestro patrimonio se desvanece ante nuestros ojos. Por eso ansiamos encontrarnos contigo, lector, lectora de la comarca, de la isla, para aprender a mirar y a mirarnos en nuestra montaña de Amagro. Te esperamos.

Colectivo Salvar Amagro