El Estado español es el mayor consumidor de pesticidas de Europa. Así lo avalan los últimos datos publicados por Eurostat correspondientes al año 2017, que lamentablemente vuelven a situar a nuestro país como líder europeo con la comercialización de 71.987 toneladas de plaguicidas.
Es probable que volvamos a ocupar este primer puesto cuando Eurostat publique probablemente en otoño de 2020 los datos europeos de consumo de plaguicidas del año 2018. Según la estadística anual de comercialización de plaguicidas de 2018, publicada por el Ministerio de Agricultura, este año se produjo un aumento de 1,6 % en la venta de estos agrotóxicos con respecto al año anterior. Las miles de toneladas de plaguicidas que se fumigan cada año sobre cosechas, espacios públicos, jardines o arcenes, exponen a agricultoras y agricultores, sus familias y ciudadanía en general a sustancia tóxicas que contaminan el suelo, el agua, el aire, la flora y fauna silvestre. Pero además, residuos invisibles de pesticidas quedan en los alimentos, llegando directamente a los consumidores.
Este es el tercer año que Ecologistas en Acción publica el informe ‘Directo a tus hormonas’ con el objetivo de visibilizar la exposición de la población española a plaguicidas a través de los alimentos. El presente estudio se centra en los plaguicidas contaminantes hormonales y analiza los últimos datos oficiales disponibles sobre la presencia de plaguicidas en alimentos correspondientes al año 2018.
El término contaminante hormonal o disruptor endocrino (EDC, por sus siglas en inglés) define un conjunto diverso y heterogéneo de compuestos químicos exógenos, capaces de alterar la síntesis, liberación, transporte, metabolismo, enlace, acción o eliminación de las hormonas naturales del organismo.